La vaca que quería ser un caballo

Esta es la historia de una niña belga de 11 años y una vaca llamada Fleur. La vaca nació en la granja de los padres de Hanna, residentes en Bélgica. La pequeña siempre quiso montar a caballo, pero sus padres no creyeron conveniente satisfacer los deseos de su hija debido a la peligrosidad que esa actividad deportiva puede entrañar. Así que, ni corta ni perezosa, Hanna comenzó a montar a una de las vacas de la granja desde que casi era un ternero. La pequeña ponía obstáculos de poca altura y, aunque al principio el rumiante se detenía al verlos, poco a poco comenzó a saltarlos con la niña sobre sus lomos. Con el tiempo, el animal fue creciendo y la altura de los obstáculos fue aumentando. Eso no pareció dificultar el aprendizaje de Fleur, que para entonces, y para sorpresa de los padres de Hanna, había desarrollado una capacidad de salto semejante a la de un caballo (dentro de sus limitaciones, claro).

Desde entonces, la niña saca a pasear a la vaca cada tarde y salta con ella diversos obstáculos. Los veterinarios de Fleur explican que, aunque ese comportamiento no es innato en una vaca de su clase, el aprendizaje constante y el entrenamiento diario -aparte de la insistencia de Hanna en convertir a su mascota en saltadora- pueden modificar conductas animales de tal forma que se hace con otros más domésticos como un perro, un pájaro o similares.

En el siguiente vídeo se puede ver a la vaca saltando tal cual caballo con Hanna agarrada a su lomo. Puede sonar increíble, pero así es. Como dice Hanna a preguntas del periodista: “Fleur siempre quiso ser un caballo”.