¿Puede crecer el pelo después de la muerte?

La idea de que en los cadáveres sigue creciendo el pelo y las uñas es radicalmente falsa. Se trata de un mito que, curiosamente, ya fue desmentido el siglo pasada. Las células que fabrican el pelo, determinadas células de la matriz pilosa, derivan de la epidermis -la capa más externa de la piel- y son prácticamente una de las primeras en morir, por lo que es imposible que se produzca un crecimiento capilar posterior a la muerte.

Si se implanta a una persona pelo de un cadáver, por ejemplo, no se puede conseguir que crezca y funcione. Lo que ocurre es que, tras la muerte, el pelo sufre un proceso de desnaturalización, en el que pierde capas externas de grasa, se hace más fino y esponjoso, y cambia de aspecto, de ahí que pueda dar la impresión de que ha crecido.