Gaia, un organismo vivo del tamaño de un planeta

Aunque los biólogos siguen usando las anticuadas ideas mecánicas de los viejos físicos, la nueva teoría de la complejidad ha hecho que los físicos se estén apropiando del lenguaje y los conceptos propios de la biología.

Por tanto, ahora se emplea con frecuencia un lenguaje biológico o ecológico para describir el comportamiento de sistemas complejos, aunque no se trate de sistemas vivos.

Palabras como cooperación, exploración, evolución y adaptación parecen apropiadas. Los sistemas complejos a menudo dan la impresión de comportarse de forma inteligente. Incluso parecen reaccionar ante los cambios y adaptarse espontáneamente, casi como los sistemas vivos.

El concepto de Gaia, popularizado por James Lovelock, es un buen ejemplo de ello. Según esta idea, la Tierra en sus conjunto, incluidos su atmósfera y sus océanos, se contempla como un sistema cerrado de control.

La biosfera interacciona con el sistema general para garantizar la estabilidad y la posibilidad de que la vida prospere.

Está claro que la diferencia entre máquinas y organismos vivos, entre las ciencias físicas y biológicas, irá desapareciendo.