La cusa fue una intoxicación alimenticia que le produjo vómitos, hemorragias y grandes dolores que, según los testimonios, soportó con gran entereza. Finalmente, se recostó en un bosquecillo de mangos en Kushinagara, a unos 175 kilómetros al noroeste de Patna.
Allí, rodeado de sus discípulos, alcanzó la paz eterna de la...